El Forjista

23 de octubre, tarde para lágrimas

Últimas encuestas presentan un escenario en el que Cambiemos superará el 50 % de los votos en la ciudad de Buenos Aires, mientras que en la Provincia de Buenos Aires se aproxima al 40%.

Sabemos que las encuestas han sido reiteradamente falibles, por lo cual no sería de extrañar que nuevamente muestren cifras que luego cuando los votos se cuenten efectivamente presenten notables diferencias.

Sin embargo, estos números son bastante consistentes con los que se dieron en las PASO por lo cual podrían estar mostrando con cierta verosimilitud el estado de ánimo de los votantes en ambos distritos.

Lo extraño de todo esto es que muchos de esos votantes oficialistas ya saben que luego de las elecciones se está cocinando un ajuste con características que bien podrían ser definidas como de salvajes.

Este nuevo ajuste neoliberal incluye devaluación con las consecuencias que los argentinos conocemos perfectamente en cuanto a la aceleración de la inflación, incrementos de tarifas desproporcionados con la capacidad de pago de los usuarios, reforma laboral que está siendo impulsada por el empresariado para colocar a los trabajadores en condición de indefensión, una reforma previsional con incremento de la edad jubilatoria y pérdida del poder de compra de la jubilaciones y hasta ya tienen definido que el fútbol deje de ser gratis en televisión para beneficio de corporaciones extranjeras y por supuesto con los mayores réditos para el grupo Clarín.

Para imponer este proyecto el gobierno necesitará incrementar el nivel de represión que ya se ha manifestado de manera siniestra en manifestaciones y en la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

Y tambien es sabido que el desproporcionado incremento de la deuda externa está propiciando una situación explosiva que sólo plantea la incertidumbre del momento en que la situación hará eclosión.

Todas estas medidas afectarán a la mayoría del pueblo argentino incluidos a aquellos que el 22 de octubre votarán por el oficialismo.

Estas circunstancias nos llevan a preguntarnos una y otra vez ¿Qué es lo que lleva a las personas a votar en contra de sus propios intereses?

La respuesta es bastante sencilla son los medios de comunicación los que obnubilan la razón de millones de personas, suceso que por supuesto no ocurre solamente en la Argentina, ni tampoco es nuevo aunque en los últimos tiempos el poder de estas corporaciones se ha incrementado a niveles nunca antes vistos, entrecruzando intereses que llevan a conformar una oligarquía que les permite imponer gobernantes, jueces y legisladores; mientras que paralelamente desarrollan una maraña de mentiras y difamación para anular a quienes se le oponen.

Quisiéramos señalar entonces algunos mecanismos utilizados por las corporaciones mediáticas en su papel de lavadoras de cerebros que llevan a tener cautiva a una porción de la población con la consecuencia ya señalada: personas que actúan contrariando sus propios intereses en beneficio de un sector social que sólo aspira a mantener sus privilegios de los que carece la mayoría de los argentinos.

No estamos ante nada novedoso, la gran paradoja de la Humanidad es cómo fue posible que en gran parte de su historia la minoría haya podido gobernar a las mayorías, una explicación a eso reside en que esa minoría ha logrado conformar un aparato de represión para imponerse, pero no sólo se explica por el recurso de la violencia, los poderosos también debieron apelar a mecanismos que le permitieran convencer a los pueblos que debían aceptar mansamente la situación imperante, durante largo tiempo la religión cumplió ese papel para obtener la docilidad del pueblo y más recientemente los medios de comunicación juegan ese papel de asegurarse la obediencia del rebaño.

Bucearemos brevemente en dos situaciones que se están dando en el país con respecto de los medios de comunicación, por un lado, intentan la idiotización de la población ocultando la realidad y por otro la saturación de comunicadores con ideas que muy bien podrían definirse como fascistas difundiendo un pensamiento único cargado de intolerancia y demonización de los sectores que no acatan la mentalidad del rebaño.

Vayamos por parte entonces, presentando al menos dos ejemplos en cuanto a los intentos de los medios para evitar que la población conozca la realidad y le impida sacar conclusiones que puedan dañar al régimen oligárquico que nos gobierna.

Sorprendentemente las desgracias naturales ocurridas en países extranjeros han pasado a constituirse en un tema cotidiano de los argentinos, casi las 24 horas los canales de noticias transmiten huracanes y terremotos en vivo, por supuesto que no cuestionamos que nos interese y debamos solidarizarnos con desgracias ajenas, principalmente aquellas que ocurren en países como México con el cual nos unen lazos de hermandad, principalmente por haber sido un país que siempre brindó asilo a los argentinos que debieron huir de las dictaduras que asolaron nuestro país.

Pero lo que si objetamos son dos cuestiones, por un lado que todas estas desgracias se las presente como meras tragedias provocadas por la naturaleza y que no se profundice en las razones relacionadas con el cambio climático y que se ignore que los más afectados por esas tragedias son los sectores más humildes, tratar esta cuestión implicaría señalar a las grandes potencias y a las multinacionales como principales responsables de contaminar la atmósfera produciendo que los fenómenos naturales se vuelvan más violentos y más frecuentes, además mostrar quienes sufren las mayores consecuencias, los obligaría a señalar a los gobiernos como responsables de mantener en la pobreza a gran parte de sus pueblos.

Pero otra cuestión que permite ocultar el bombardeo informativo sobre desgracias en el extranjero fue ignorar las inundaciones que afectan a gran parte de la provincia de Buenos Aires y otras provincias, abordar seriamente esta cuestión los obligaría a señalar las nefastas consecuencias del monocultivo de la soja con la deforestación en inmensas extensiones de tierras, pero además, si esos medios de comunicación actuaran con alguna pizca de objetividad deberían señalar la ausencia de la gobernadora Vidal que sólo aparece para los publicitados timbreos de campaña, esto evidencia la protección mediática que tienen todos los miembros del PRO.

Siguiendo con el ocultamiento de la realidad, una cuestión más que notoria es el incremento exponencial de la inseguridad que asola la provincia de Buenos Aires, ya sabíamos que esto iba a ocurrir porque es la consecuencia natural de la aplicación de los planes económicos neoliberales, pero el comportamiento de los medios es bastante canalla.

Mientras que antes cuando ocurría hechos de esta características se lanzaban acusaciones contra los gobiernos nacional y provincial que tenían administraciones kirchneristas, ahora que ocurren con mayor frecuencia, muchos sucesos criminales son directamente ignorados por las corporaciones mediáticas o se muestran sin que nadie sea responsabilizado más que los delincuentes, a veces cuando sucede en un municipio K, se cargan las tintas en el municipio, o sea que para estos medios, los políticos de Cambiemos siempre resultan inimputables.

Vayamos ahora a la otra característica que puede evidenciarse en los medios de comunicación que han sido inundados por periodistas y conductores que alientan el odio entre los ciudadanos y cotidianamente dan acabadas muestra de su ideología antidemocrática y cargada de intolerancia.

La consigna impuesta por el gobierno liberal y los dueños de esos medios parece ser que hay que demonizar a todo aquel que proteste y que no se conforme con la situación imperante, por eso es que diariamente son insultados y calumniados piqueteros, estudiantes, trabajadores, mapuches y todo aquel que no muestre su conformidad con lo que pasa.

Si algo queda claro de esta ideología malsana de los medios es la agresividad que muestran hacia todos aquellos que tengan convicciones firmes, la única convicción que se permite es la que coincide con quienes gobiernan el país y el mundo, cualquier otro pensamiento resulta peligroso y por la tanto debe ser combatido.

Un capítulo especial merece el grado de agresividad que muestran los medios contra los jóvenes politizados, es evidente que los prefieren idiotizados ya sea por las drogas o por los medios de comunicación porque de esa manera serían dóciles ante el poder, esto tampoco es nada nuevo, la oligarquía siempre ha mostrado especial inquina contra los jóvenes con convicciones, la operación difamatoria contra La Cámpora que ha llegado a mostrarlos como una especie de ejército con armas demuestra que no reparan en ninguna mentira para descalificar a quienes no aceptan sus órdenes.

Como son los jóvenes quienes menos se dejan influenciar por los medios de comunicación del imperio y la oligarquía, es ahí cuando recurren a la violencia estatal para intentar acallarlos.

La farsa montada por las corporaciones contra los mapuches ha permitido mostrar que muchos de los que se presentan como comunicadores son meros repetidores del guion que le dan los servicios de inteligencia del Estado que han vuelto a actuar con alevosía en el control y la persecución de los ciudadanos lo cual está expresamente prohibido por ley.

Comparar a los mapuches con el ISIS, los kurdos o los Montoneros, es una demostración de la manipulación de la información y la ignorancia de esos títeres disfrazados de comunicadores.

El 22 de octubre se elegirá a la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la Cámara de Senadores, darle la mayoría a Cambiemos y a la falsa oposición de Massa, Stolbizer, Urtubey, Pichetto y Schiaretti significará aceptar el nefasto ajuste que prepara el gobierno, el 23 de octubre será tarde para lágrimas y lamentos.

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