El Forjista

Biografía de Mariano Moreno

La Revolución según Mariano Moreno

Capítulo 25 - El Plan de Operaciones (Segunda parte)

Artículo quinto: en cuanto a las comisiones de nuestro agentes en el interior para consolidar el sistema.

En esta artículo no se extendió demasiado pues en otras instrucciones y escritos ya lo había hecho en detalle. La misión de los agentes cambiaba de acuerdo se tratara de un pueblo con gobierno patriota o partidario del sistema colonial.

El agente debía observar la conducta de los gobernantes y empleados, si era un gobierno surgido de la revolución, debiendo palpar la opinión de la gente. Cuando se tratara de lugares que aún estuviesen  en manos de los enemigos, los agentes debían hacerse pasar por comerciantes y transmitir la información de la Junta, aunque sin poner en peligro su seguridad.

Este aspecto demostraba que Moreno lejos de ser un teórico puro, participaba en las cuestiones organizativas, su personalidad lo impulsaba a actuar en todos los aspectos de la actividad política.

Artículo sexto: En cuanto a los arbitrios que deben adoptarse para fomentar los fondos públicos luego que el Perú y demás interior del Virreinato  sucumban, para los gastos de nuestra guerra, y demás emprendimientos, como igualmente para la creación de fábricas e ingenios, y otras cualesquiera industrias, navegación, agricultura y demás.

Este punto es clave pues en él se entendió sobre cuestiones económicas, mostrando su pensamiento patriótico y revolucionario que liquida sin más la imagen del Moreno librecambista. Se dejaban sentadas las bases de un proyecto soberano de desarrollo económico incentivando la creación de industrias y artesanías. Para emprender tal obra buscaba los capitales en aquellas riquezas improductivas que se hallaban en manos de un puñado de personas, privilegiando el interés general de la nación al beneficio de una minoría que sólo pensaba en el lucro personal. Lo avanzado de las medidas que proponía se evidencia cuando vemos que muchas de ellas recién fueron puestas en práctica más de un siglo después. La derrota de Moreno y por lo tanto del Plan, fueron una de las causas que modelaron para nuestro país una sociedad dependiente y atrasada.

Dos conceptos son manejados claridad en esta parte, por un lado, la necesidad imperiosa de la Nación de comenzar a desarrollar algún tipo de industria para no depender de la producción de ninguna potencia extranjera, por otro lado, intentaba que la riqueza no fuera para unos pocos sino que se derramara llegando a la mayor cantidad de gente.    

Comenzó por desarrollar una de las ideas primordiales: ”... el mejor gobierno, forma y costumbre de una Nación es aquél que hace feliz al mayor número de individuos...”.

Despojado de todo prejuicio elitista arremetía contra aquellos que privilegian su situación personal a los altos intereses de la patria, visualizaba como pocos, que si persistían los privilegios desmedidos constituirían un factor de fracaso para la sociedad.

“... las fortunas agigantadas en pocos individuos, a proporción de lo grande de un estado, no sólo son perniciosas, sino que sirven de ruina a la sociedad civil, cuando no solamente con su poder absorben el jugo de todos los ramos de un estado, sino cuando también en nada remedian las grandes necesidades de los infinitos miembros de la sociedad...”.

La profundidad que caracterizaba a Moreno para analizar los problemas sociales y llegar a meollo de la cuestión, le permitía ver el mal que aquejó al país desde la época colonial, donde sectores minoritarios usufructuaban de una riqueza que el patrimonio del trabajo de todos los integrantes de la sociedad. Tanto en la Representación de los Hacendados, donde arremetía contra los comerciantes, como en el Plan de Operaciones, sostenía una evidente postura contraria a las oligarquías económicas y políticas, precisamente en esto debe buscarse la causa de las innumerables enemistades que cosechó a lo largo de su carrera.

Su auténtica conciencia revolucionaria dio con la solución a los problemas, esto significaba encarar el proceso de industrialización, dentro de las limitaciones de la época, buscando los capitales ahí donde se encontraban. La independencia no podía limitarse a los aspectos formales sino que debía ser fundamentalmente económica y cultural. “¿Qué obstáculos deben impedir al gobierno, luego de consolidarse el Estado sobre bases fijas y estables, para no adoptar unas providencias que aún cuando parecen duras en una pequeña parte de individuos, por la extorsión, que pueda causarse a cinco o seis mil mineros, aparecen después las ventajas públicas que resultan con la fomentación de las fábricas, artes, ingenios, y demás establecimientos a favor del Estado y de los individuos que las ocupan en sus trabajos?”.

Calculaba que con la confiscación de los bienes de cinco o seis mil  adinerados se beneficiaba a una gran cantidad de personas, pues esos dineros serían invertidos para la apertura de fábricas y fomentar las artes. Este era el camino hacia la soberanía económica pues de esa forma no se necesitaría depender de las industrias foráneas para el aprovisionamiento de las manufacturas necesarias “... se verá que una cantidad de doscientos o trescientos millones de pesos, puestos en el centro del Estado para la fomentación de las artes, agricultura, navegación, etc; producirá en pocos años un continente laborioso, instruido y virtuoso, sin necesidad de buscar exteriormente nada de lo que necesite para conservación de sus habitantes, no hablando de aquellas manufacturas que, siendo un vicio corrompido, son de un lujo excesivo e inútil, que deben evitarse principalmente porque son extranjeras y se venden a más oro de lo que pesan...”

Pero su audacia lo harán avanzar mucho más aún, al defender la pertenencia al Estado de ciertas industrias, en tal sentido proponía la nacionalización de la minería. Por lo que a medida que avanzamos en el conocimiento de Moreno menos queda de aquél campeón del librecambio que nos pintó la Historia Oficial, para aparecer en cambio un político favorable al proteccionismo, como de todo aquél recurso que sirviera para consolidar la soberanía. Cada vez se visualiza con mayor nitidez el porque los historiadores liberales intentaron esconder bajo la alfombra el Plan de Operaciones.

Decía Moreno que ningún individuo podría trabajar por su cuenta las minas de plata y oro “quedando el arbitrio de beneficiarla y sacar sus tesoros por cuenta de la Nación, y esto por el término de diez años (más o menos) imponiendo pena capital y confiscación de bienes, con perjuicios de acreedores y de cualquier otro que hubiere derecho a los bienes de alguno  que infringiese la citada determinación o mandato...”.

Quién no respetase la ley  “...incurrirá en un delito de lesa patria; pues quien tal intentase, robará a todos los miembros del Estado, por cuanto queda reservado este ramo para adelantamientos de los fondos públicos y bienes de la sociedad”. Con las minas nacionalizadas proponía obligar a los antiguos dueños a vender los instrumentos de trabajo al estado, a la vez que incentivaba a continuar a continuar la exploración para buscar nuevos minerales.

En esta parte también quería evitar que los españoles que tenían cuantiosos bienes, vendieran sus pertenencias y huyeran, para tal fin el Plan contenía una serie de posibilidades que tendían a mantener dentro del ex-virreinato esos bienes.

Previendo que muchos españoles intentarían huir con sus caudales, proponía que durante 20 o 25 años se prohibiera vender fincas u otras pertenencias, previa formación de una comisión que en cada pueblo o ciudad estableciera el estado de la posesiones de los individuos. Esa información pasaría a poder del gobierno, quién tomaría la decisión de permitir o no la venta, si alguien compraba esos bienes sin conocimiento del gobierno les serían decomisados. Los europeos no podrían realizar negocios con países extranjeros, por todo su caudal ni hipotecando sus establecimientos sin el conocimiento de la junta.

Cuidando todos los detalles para evitar la fuga de divisas, se establecía que no se podría otorgar préstamos a nacionales o extranjeros si no era en condiciones que se impondrían en el futuro y con conocimiento, que como se deduce aplicaba un  control estricto sobre toda la vida económica.

El Plan consideraba imprescindible la instalación de casa aseguradoras nacionales para las transacciones con el extranjero, lo que también constituía otra muestra de la independencia económica que se sustentaba en el escrito. El estado se convertía en el único heredero de aquellos que hubiesen abandonado América, o cuyos herederos no se encontraran en estas tierras, estas medidas también alcanzarían a los extranjeros.

El estado se encargaría de fomentar la agricultura, la instalación de establecimientos fabriles cuando sus arcas se lo permitiesen. De esta forma queda delineada a grandes rasgos la política de neto corte nacional sustentada por Moreno, piense por un momento el lector, las consecuencias transformadoras que hubiesen significado la aplicación de estas medias revolucionarias, pero obviamente no todos los integrantes de la Junta tenían la misma voluntad de cambio.

Artículo séptimo: En cuanto a las relaciones secretas que nuestros agentes o enviados deben desempeñar en los países extranjeros como Portugal e Inglaterra.

Una de las contradicciones principales a la que Moreno intentaba dar solución era aquella por la cuál se quería efectivizar un pacto con Inglaterra, a la vez que preservar a toda costa la soberanía de América. En este artículo el autor alertaba sobre el carácter imperialista de la política inglesa.

Las páginas del Plan irían moldeando esa política audaz y autónoma, no sin errores como el señalado con respecto a la cesión de la isla Martín García. Tal vez las palabras de Moreno hayan sido las únicas que condenaron y alertaron sobre la rapacidad de la Gran Bretaña.

“... Para poder merecer la protección que necesitamos, principalmente de Inglaterra, mediante a que conocemos en dicha nación, en primer lugar, ser una de las más intrigantes de por los respetos del señorío de los mares, y lo segundo por dirigirse siempre en todas sus relaciones bajo el principio de las extensión de sus miras comerciales, cuya ambición no ha podido nunca disimular sus carácter, y bajo estos mismo principios han de ser los que dirijan nuestras empresas hacia las consecuciones en aquella corte”.

Nótese que Moreno sostenía que a Inglaterra había que pagarle con la misma moneda, sin descuidar por un momento sus ambiciones expansionistas. Con respecto a las relaciones entre Portugal e Inglaterra remarcaba el sometimiento de la primera, señalaba en este sentido que si los gobernantes de Portugal analizaban por un instante la política de Inglaterra hacia aquella no tardarían en darse cuenta de la “refinada maldad de sus miras ambiciosas...porque claramente se deja entender que sus fines no son sino chuparle la sangre de su estado, extenuándolo de tal suerte que tal vez sus colonias americanas se conviertan en inglesas algún día”.

Esta alianza, que era en realidad un sometimiento de Portugal e Inglaterra, significaba un verdadero riesgo para las antiguas colonias españolas para las ambiciones del Imperio esclavista, en especial por su interés en la Banda Oriental. Las miras continentales de la revolución quería no sólo recuperar la Banda Oriental sino también buscaba expandir la causa patriótica hacia el Brasil, centrando sus atención en la liberación de los estados del sur.

Los agentes de la Junta, según las instrucciones de Moreno, deberían desarrollar toda clase de intrigas para separar al Portugal de Inglaterra, para luego lanzarse con un acuerdo previo con esta última, de ser posible, para conquistar el Brasil. Así intentaba asegurar para la revolución americana un territorio de formidable extensión.

El Plan atendía los intereses nacionales, alejando el peligro portugués que mantenía diferencias históricas con las colonias españolas, a la vez que intentaba expandir la influencia de la revolución, sin embargo parece un tanto incierto que Inglaterra hubiera aceptado este proyecto, pues controlaba económicamente el Brasil. Lo que interesa recalcar es el espíritu continental que mostró Moreno, pues para él, como para San Martín, Bolivar y Artigas la revolución debía ser americana, luego la oligarquías prefirieron las pequeñas naciones para poder asentar sus negocios en vinculación con los ingleses.

Artículo octavo: En cuanto a las comisiones y clases de negocios que nuestros agentes deben entablar reservadamente en el Brasil para sublevarlas haciéndoles gustar de la dulzura de la libertad y derechos de la naturaleza

Moreno cometió algunos errores de apreciación, esto dicho con la facilidad de la retrospección, en especial en lo relacionado al papel que podía jugar Inglaterra, a quién no le convenía que una parte del Brasil pasara a manos de los revolucionarios del Plata.

Las propuestas para la liberación del Brasil y en particular de Río Grande del Sur eran similares en algunos aspectos a los señalados para la Banda Oriental. Proponía enviar a los comandantes de frontera como a los agentes, gacetas escritas en portugués, propagandizando las decisiones del gobierno de Buenos Aires. Como era su costumbre, Moreno daba especial cuidado a la difusión de las ideas, anteponiendo la política a los aspectos meramente militares, a los que por supuesto no descuidaba.

Las fronteras debían ser ocupadas por tropas, y enviarse agentes a Río Grande. A los comandantes les recomendaba no maltratar a los portugueses dedicados al contrabando pues confiaba que en algún momento podían ser utilizados en beneficio de la revolución, también proponía que los agentes debían ganarse la buena voluntad de los magistrados de los pueblos, como también de los jueces, alcaldes u otros gobernantes de la campaña haciéndoles ver que “el Estado Americano del Sur protegerá sus ideas”.

Poco a poco se debía ir ganando para la causa a los habitantes del sur del Brasil, especialmente a los de menores recursos económicos, a los comandantes de frontera les recomendaba que les hicieran llegar a los labradores brasileños, granos tanto para los pobres como para los medianos, como también permitirles que introduzcan ganado o caballos comprados, pues según Moreno los sectores empobrecidos “son los primeros resortes que debemos tener de nuestra parte”. Para el autor era necesario ir avanzando con el consenso popular única fuente de verdadero poder político.

Paralelamente  en las milicias se realizaría un persistente trabajo de captación de hombres para la revolución que se intentaría en el Brasil, para esto proponía, que los oficiales del ejército patriota tomaran contacto con los jefes militares brasileños haciéndoles ver las diferencias de sueldos entre ambas milicias. De igual forma se intentaría obtener el concurso de los hacendados y comerciantes arruinados mostrándole la fertilidad de nuestros campos, y así sucesivamente buscando ganar la voluntad de los descontentos.

Una vez que estallara la revolución, debía ingresar  al Río Grande del Sur, un ejército dividido en tres o cuatro regimientos, armando a los pueblos y nombrándoles jefes y funcionarios que ellos mismos elegirían por su libre voluntad.

El tema de la esclavitud debía tratarse disfrazadamente dada la resistencia que podía ocasionar en un Estado donde la mano de obra era esclava en su totalidad, se comenzaría por liberar a aquellos cuyos amos fueran enemigos de la revolución.

Hasta aquí con impecables las propuestas de Moreno para liberar al Brasil de la opresión portuguesa. Sin embargo algunas consideraciones políticas no eran del todo correctas, pues su opinión era que Inglaterra se mantendría neutral por ser aliada de ambas naciones. También creía que luego de la conquista de los principales pueblos brasileros, Gran Bretaña se uniría a las fuerzas de Buenos Aires llegándose a un pacto por el cuál se dividirían el Brasil entre Inglaterra y las fuerzas americanas.

Moreno realizó un incorrecto análisis de la situación pues resultaba evidente que la liberación del Brasil por los revolucionarios era en primer término, una ataque contra los intereses de Portugal y en segundo término estaba dirigido contra Inglaterra, la que sin ningún sobresalto dominaba el extenso territorio para su comercio.

Pero más allá de estos posibles errores, desde el punto de vista de Moreno, la revolución necesitaba expandirse a todo el territorio americano. Por eso dijo de Río Grande del Sur “parece que la naturaleza la formó allí como para ser una misma con la Banda Oriental de Montevideo”.

Artículo noveno: En cuanto a los medios que deben adoptarse estando consolidado y reconocido por la Inglaterra, Portugal y demás principales naciones de Europa, el sistema de nuestra libertad, cual debe ser el fin de sus negociadores, en las provincias del Brasil, con relación a la conquista del Río Grande.

Planteaba aquí que el mayor peso de la revolución en el Brasil tendría que recaer en las tropas portuguesas para que este partido se debilitara, mientras que las fuerzas enviadas por la Junta sólo debían participar de las batallas decisivas

Cuando todos los pueblos del Río Grande estuvieran comprometidas con la revolución se les impondrían condiciones que de no ser cumplidas se los amenazaría con abandonarlos a su suerte, sería en esos momentos en que se declararía la abolición de la esclavitud bajo el disfraz de que sus amos serían compensados. Luego proyectaba armar a los esclavos liberados y formar un batallón con ellos.

Las tropas portuguesas serían equiparadas a las criollas en el sueldo antes que declarar la libertad de los esclavos. Los puestos claves del gobierno y de la milicia se ocuparían con americanos totalmente confiables.

Así mismo  proponía que aquellas familias pobres que voluntariamente quisieran trasladarse a la Banda Oriental se les otorgaría terrenos, pagándoles el viaje. Los campos se entregarían por diez años y no podrían ser vendidos hasta luego de ese tiempo. También se proveería de bueyes, granos y caballos; exceptuándolos de pagar impuestos. Idéntica actitud debía adoptarse con familias pobres de Buenos Aires y la Banda Oriental que quisieran ubicarse en Río Grande, de esa forma buscaba establecer las costumbres y el idioma castellano, pues proyectaba la conformación de las Provincias Unidas de la Banda Oriental y Estado Americano del Sud.

  Conclusión

El Plan de Operaciones de Mariano Moreno constituyó el primer proyecto auténticamente nacional que reafirmaba la voluntad de establecer un nuevo sistema de gobierno soberano, en él se vislumbraba claramente el pensamiento del autor. Una a una fue delineando sus ideas para trasmitirlas a sus pares, demostrando que eran una consecuencia directa de un conocimiento acabado de la realidad de su país. Transmitía su deseo de concluir con la injusticia del sistema colonial y mostraba la influencia que sobre él habían ejercido los acontecimientos europeos, en especial la revolución española y la lucha heroica contra el invasor francés.

En el Plan se defendía el concepto de soberanía popular, que había sido levantado por los revolucionarios franceses y que estaba siendo puesto en práctica por el pueblo español, que por un momento había logrado despojarse de la pesada carga de la nobleza, cortesanos y curas reaccionarios que durante siglos impidieron su expresión y que dieron suficientes muestras de ineptitud y cobardía en el momento de defender la nación.

En el plano económico apoyaba el papel del Estado como forma de neutralizar la injerencia de potencias extranjeras. También consideraba que en las naciones en formación, el Estado constituía la única garantía de empujar un desarrollo industrial sostenido. Junto a esto vislumbraba la necesidad de impedir el enriquecimiento ilimitado de una minoría que conspiraba contra los intereses de la maría del pueblo americano

Otros de los aspectos importantes que emanan del Plan es la concepción americana de la revolución: los lazos tendidos a Chile, la liberación del Alto Perú, el comienzo de la campaña a Paraguay, la idea de liberar la Banda Oriental y de expandir el eco transformador hacia el Brasil, dan una idea del carácter continental de la epopeya que alcanzó su mayor esplendor con San Martín y Bolivar. En Plan se comenzaba a esbozar el deseo de independencia que no aparecía en los primeros meses de la revolución.

Para demostrar la audacia de la concepción política de Moreno bastaría con mostrar sus proyecto de liberación de los esclavos en el Brasil, siendo que estos superaban ampliamente en número a los hombres libres.

Estos fueron a nuestro entender, los grandes lineamientos del Plan, que más allá de algunos errores, atacaba los principales problemas de la nueva nación.

Ir al siguiente capítulo

Volver al índice