El Forjista

Amar al opresor

 

Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido. Malcolm X

Esta famosa frase de ese gran luchador que fue Malcolm X muestra con una enorme exactitud cuál es, en la actualidad, la principal función de las grandes corporaciones mediáticas.

Pocas cosas más vergonzosas ocurren en una sociedad cuando los medios de comunicación convencen a una cantidad considerable de ciudadanos a actuar en contra sus propios intereses, es como si una música hipnotizadora nos llevara hacia un precipicio quintándonos la posibilidad de razonar del mal que se avecina.

Esa, sin duda, es la misión adormecedora de los medios que con su prédica provocan un daño irreparable en millones de hogares, los cuales cuando logran percatarse de la maniobra ya es demasiado tarde.

En esta oportunidad queremos referirnos a dos situaciones donde claramente los medios impulsaron a una porción de la sociedad argentina a actuar en contra de sus intereses.

La demonización de Guillermo Moreno

La prédica de los diarios y canales de noticias nos presentaron a un personaje que bien podría ser definido como un monstruo, aunque nadie lo viera actuando de manera violenta, decían que en algunas reuniones había tenido un comportamiento más que desconsiderado en el trato de poderosos empresarios.

Hubo amas de casa que le temían, honrados ciudadanos hablaban de él como de alguien a quién había que mantener alejado porque su presencia podía ocasionar quién sabe qué desgracia.

No pasaba día sin que alguien saliera en la televisión relatando algún estropicio realizado por este cuestionado Secretario de Comercio.

Pero ¿cuál era la misión de este funcionario? Que por otra parte no ha tenido denuncia alguna de corrupción, precisamente lo que el funcionario intentaba es que los grupos económicos formadores de precios no incrementaran sus precios de manera desmedida, podría decirse que no siempre lo lograba, pero eso demostraba que el poderoso no era Moreno sino los grandes empresarios que lograba imponer sus condiciones.

Entonces los medios, que también son poderosas empresas, presentaban al Moreno como un ogro, cuando lo que el secretario de comercio estaba haciendo era defender el bolsillo de la población, mientras que los empresarios que pretenden ganar en poco tiempo lo que en otros países se tarda varios años, eran mostrados como víctimas.

Puede decirse que la frase de Malcolm X viene como anillo al dedo para explicar esta ridícula situación a la que nos inducen los grandes medios de presentar como diablo a quién nos defiende y cómo ángeles a quienes intentan robarnos con precios desmesurado para su enriquecimiento acelerado.

Queremos pagar tarifas altas

Este es otro caso en que un gobierno neoliberal y los medios que lo protegen logran convencer a una porción importante de la población que está mal pagar los servicios como la electricidad, el gas y el agua corriente a niveles que no afecten seriamente el nivel de vida de la población.

Subsidiar los servicios esenciales era una decisión de un gobierno popular que consideraba que era una forma de mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, precisamente porque era uno de sus objetivos.

Al asumir un gobierno que no tiene esa finalidad sino exclusivamente incrementar las ganancias de las empresas se lanzó una campaña descomunal para señalar que era imprescindible incrementar la tarifas, y se hizo de una manera irracional, los medios afines erradicaron de su diccionario la palabra tarifazo para llamar esos aumentos como “sinceramiento de tarifas”.

Y de esa manera escuchamos a sectores de clase media e incluso a sectores más desprotegidos aún, sostener que era necesario aumentar las tarifas y una vez que el gobierno logró convencer a una porción de la población desató un salvaje tarifazo que saqueaba los bolsillos de la población.

Y todo se hizo con la única intención de mejorar de manera exorbitante la ganancia de las empresas proveedoras de la electricidad y el gas, porque los subsidios siguen existiendo y por lo tanto el estado sigue gastando sumas enormes para garantizar la rentabilidad de esas empresas.

Y además el Interior de país sigue pagando cifras astronómicas cuando una de las razones del incremento era equiparar las tarifas del interior con las de la ciudad capital y el Gran Buenos Aires, nuca se le ocurrió al macrismo igualar hacia abajo, siempre hacia arriba para festejo de los empresarios.

Uno de los servicios que más se incrementó fue el del Agua que en Capital y el Gran Buenos Aires es un servicio brindado por una empresa estatal, eso se realizó para compensar la disminución de los impuestos a los sojeros y a la minería produciendo una brutal transferencia de recursos de los sectores con mayores necesidades hacia aquellos más pudientes y que gozan de actividades que producen rentas extraordinarias producto de las facilidades que los terratenientes y la mineras recibieron por parte de este gobierno de multimillonarios.

La mayor burla es que el Ministerio de Energía sea ocupado por el ex presidente de Shell, Juan José Aranguren, que desde la función pública sigue actuando para beneficiar a su antigua empresa que cuando se retiró le pagó una fortuna que el ministro mantiene en el exterior porque no confía en el país, ni siquiera en el gobierno del que forma parte.

Sin duda el paso de Aranguren es algo transitorio porque ni bien sea eyectado de su cargo volverá a servir a sus patrones anglo-holandeses.

Nuevamente estamos ante un caso en que los medios nos convencen de actuar y opinar en contra de nuestros intereses, cuestionando a un gobierno que defendía nuestro nivel de vida para defender a quién nos saquea cotidianamente.

Mientras los argentinos no aprendamos esta lesión e incorporemos toda la sabiduría que contiene la frase de Malcolm X será muy difícil tener una Patria que merezca ese nombre.

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