El Forjista

La moral de los golpistas

Y te acosan de por vida
azuzando el miedo,
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú.
                        Joan Manuel Serrat

“Los macarras de la moral” es un magnífico tema de Joan Manuel Serrat en donde con su exquisita poesía denuncia a esos moralistas que se convierten, sin que nadie los hayan designado, en jueces implacables de los actos de los demás, de esa manera intentan fijar las reglas que todos deberíamos cumplir a pies juntillas para que no seamos denostados y expuestos por estos oráculos de la moral.
La herramienta más útil para sus emprendimientos siempre es el miedo, infundiéndolo  pretenden que les obedezcamos sin más,  si apelan al temor es precisamente para que  no podamos razonar y darnos cuenta cuales son los intereses que representan. Por que como dice la canción: “el miedo nunca es inocente”.
Macarra, palabra que no utilizamos por estas tierras tiene por aquí el sinónimo lunfardo de cafisho, Serrat recurre a esta paradoja que consistiría que un proxeneta intente enseñarnos a comportarnos de acuerdo a sus parámetros de moralidad
Bien podríamos definir como macarras de la  moral a aquellos que en su intento indisimulado de desestabilizar a un gobierno  popular se colocan sus mejores ropas de moralistas, tratando de ocultar, sin resultado, quienes son las corporaciones económicas que los sponsorean.

Anunciando apocalipsis
van de salvadores
y si les dejas te pierdes
infaliblemente.
Manipulan nuestros sueños
y nuestros temores,
sabedores de que el miedo
nunca es inocente

Arturo Juaretche se opuso a dos golpes de estado el de 1930 y de 1955 y defendió aún arriesgando su vida a los gobiernod populares que fueron derrocados en esas oportunidades, fue por eso uno de los pensadores nacionales que más ha reflexionado sobre el papel que juegan los escándalos en los derrocamientos de los gobiernos democráticos.
En junio de 1962 decía Jauretche que cada vez que sucede un escándalo y tiene gran difusión periodística, él desconfiaba, porque nunca los más graves sucesos que afectan la soberanía nacional suelen aparecer en los grandes medios, por eso decía: “Entre tanto, la gran inmoralidad vinculada a la expoliación del país pasa desapercibida, y nadie grita, por la inmoralidad de los tradicionales, y sobre todo cuando son extranjeros y tienen sus sedes en el exterior; nadie la percibe, y el mecanismo de la publicidad está organizado para silenciarla”
Por eso Jauretche hablaba de moralina, una moral pequeña, que se aplica a los pequeños rateros, para que esto tape a los verdaderos ladrones que son los que saquean el país con sus negociados, muchos de los cuales no empezaron hace poco sino que llevan varias décadas actuando contra los intereses nacionales.
Precisamente los gravísimos sucesos ocurridos durante la dictadura militar nunca fueron cubiertos por esos medios que ahora se quejan ante la más nimio suceso, pero que no dijeron nada cuando la represión asoló nuestro país, mientras la nación  era saqueada y la deuda externa asumida por particulares fue estatizada para que todos tuviéramos que pagarla.
También guardaron silencio con la expoliación de la década infame menemista y ese desastre en todos los sentidos que significó el gobierno radical de De La Rua, cuyos impresentables correligionarios ahora pretenden convertirse en jueces implacables del actual gobierno.
Ninguno de los grandes medios dijo nada de cómo Clarín y La Nación se quedaron con Papel Prensa, tampoco sobre la estafa a los jubilados con las acciones de Clarín o sobre la denuncia de lavado de dinero por varios cientos de millones de dólares que pesan sobre los directores del mismo grupo.

Hay que seguirlas a ciegas
y serles devoto.
Creerles a pies juntillas
y darles la razón
que: «El que no se quede quieto
no sale en la foto...»
«Quien se sale del rebaño,
destierro y excomunión».

Acerca del golpe de estado de 1930 Jauretche explicaba: “Los gobiernos populares son débiles ante el escándalo. No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad encubridora de las oligarquías y son sus propios partidarios quienes señalan sus defectos que después magnifica la prensa. El pequeño delito doméstico se agiganta para ocultar el delito nacional que las oligarquías preparan en la sombra y el vendepatria se horroriza ante las sisas de la cocinera”
El golpe contra Hipólito Yrigoyen vino a imponer lo que se conoció como Década Infame, caracterizada por el fraude más escandaloso, un sometimiento vergonzoso al imperio inglés, la entrega del patrimonio nacional y la instauración de la tortura de manera sistemática, todo esto se efectuó con la complicidad de los diarios que ayudaron a crear el clima golpista contra el gran dirigente radical.  
También el golpe de estado de 1955 fue realizado supuestamente para moralizar las prácticas políticas a tal punto que los bienes de todos aquellos que habían sido funcionarios peronistas fueron interdictos, es decir que no podían disponer libremente de sus posesiones, todos los funcionarios fueron puestos sin pruebas bajo sospecha, incluso a algunos como Jauretche que en 1955 hacía tiempo que había dejado de ser funcionario.
Uno de los objetivos de los dictadores fue la Fundación Eva Perón que desarrolló una impresionante obra que sacó del desamparado a innumerables niños, madres solteras, ancianos, todos ellos olvidados por siempre por los políticos del régimen oligárquico, hasta que un coronel y sus esposa decidieron con un inmenso coraje, poner fin a tantos años de injusticias.
Veamos la opinión de una de las personas que participó en la liquidación de la Fundación y que fuera nombrada por los golpistas, Adela Caprile era su nombre y explicó: “Nunca hubiera creído que se pudiera reunir semejante cantidad de raquetas de tenis. Era un despilfarro y un delirio, pero no era un robo. No se ha podido acusar a Evita de haberse quedado con un peso. Me gustaría poder decir lo mismo de los que colaboraron conmigo en la liquidación del organismo”.
Efectivamente los bienes de la Fundación fueron saqueados por los “moralizadores” que venían a poner orden luego del gobierno popular, mostrando que en realidad la moralidad es una simple excusa que no les interesa en lo más mínimo y que sólo buscaban poner fin a una política que atendía a los más humildes.

Si no fueran tan temibles
nos darían risa.
Si no fueran tan dañinos
nos darían lástima.
Porque como los fantasmas,
sin pausa y sin prisa,
no son nada si les quitas
la sábana.

Hoy también se puede ver una conjunción de grandes intereses, muchos de los cuales ya han participado en épocas anteriores en golpes de estados, que ahora confluyen en una campaña de supuesta moralidad para desestabilizar al gobierno nacional.
Lo que habría que preguntarse es si esos sectores devenidos en denunciantes crónicos tienen algún tipo de autoridad para convertirse en jueces de todos los argentinos.
Precisamente el denunciante de mayor rating por estos días, no ha dudado en el pasado asociarse al vaciador de empresas, detenido en España, Antonio Mata que también liquidó el Diario Crítica fundado por Lanata, dejando a cientos de trabajadores en la calle.
Pero además este ex periodista sabe perfectamente, porque fue él mismo quién denunció, que el grupo Clarín ha sido uno de los principales denunciados por lavado de dinero por una cifra que llega a los 270 millones de dólares, sin embargo ahora calla de manera cómplice sobre esta causa, mostrando que en realidad poco le importa concluir con esta práctica deleznable de muchos empresarios argentinos.
El grupo Clarín se ha convertido en el principal corruptor de la Argentina, últimamente vemos cotidianamente ese despreciable espectáculo  de cómo han comprado políticos, jueces, abogados y periodistas.
Los argentinos deberíamos aprender de nuestra historia y no dejarnos engañar por esos vendedores de humo que atrás de una moralina hipócrita sólo pretenden restaurar un  régimen autoritario y oligárquico para beneficio de unos pocos grupos económicos.

 

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