El Forjista

Biografía de Juan Domingo Perón

Capítulo 21 - El voto femenino

Ni bien arribó de Europa Eva se abocó a impulsar la Ley de Voto femenino que ya se encontraba en las Cámaras Legislativas, pero que no tenía la atención que merecía el proyecto y que por lo tanto estaba un tanto demorado.

El diputado conservador Reynaldo Pastor pretendía que el voto de la mujer fuera voluntario y no obligatorio como el de los hombres.

La Ley ya había sido aprobada por el Senado, pero en Diputados se encontraba estancada, el 9 de septiembre 1947 con la presencia de Eva la Cámara aprobó la Ley, dos semanas más tarde se realizó una concentración en la Plaza de Mayo, cuando fue promulgada por el presidente.

Al año siguiente comenzará el empadronamiento de las mujeres que podrán votar por primera vez en las elecciones de 1951.

Producto de este impulso de las mujeres en la política que tenían en Eva su abanderada, en julio de 1949 el peronismo conforma su Rama Femenina a través del Partido Peronista Femenino que designa a Eva como su presidenta, se promovió la afiliación masiva y se alentó que el partido llevara en sus listas la mayor cantidad de mujeres posibles.

Eva también se zambulle en la actividad de la Fundación, tal es la dedicación con que encara esta tarea que Perón llegó a confesar con amargura que “La Fundación me robó a mi mujer” “Perdí prácticamente a mi mujer. Nos veíamos de a ratos y velozmente, como si habitáramos en dos ciudades distintas. Eva pasaba muchas noches en sus tareas y regresaba al alba. Yo, que de costumbre salía de la residencia a las seis de la mañana para ir a la Casa Rosada, la encontraba en la puerta, un poco cansada, pero siempre satisfecha de su fatiga. Un día le dije- Eva, descansa y piensa que también eres mi mujer -, Ella permaneció seria: -- Es justamente así-respondió- que me doy verdadera cuenta que soy tu mujer”.(1)

En cierta oportunidad Perón contó un suceso ocurrido la única vez que se fue de vacaciones con Eva cuando ocupaba la presidencia, así lo relataba: “Pasamos unas cortas vacaciones con Evita. Escogimos el refugio de Puente del Inca, en la cordillera, donde yo había estado de joven siendo oficial, dirigiendo los cursos de esquí. Después de unos pocos días allá, en que caminábamos por la montaña con los jefes y oficiales del refugio militar, seguimos en viaje en automóvil a Las Cuevas, con intención de pasar una o dos noches y regresar luego a Puente del Inca. Bueno, pero, que es lo que resultó…Apenas llegamos a Las Cuevas, empezamos a recorrer la población. Era un populacho verdaderamente miserable. Las gentes vivían allí con ocho o diez metros de nieve y las viviendas no tenían calefacción. Era algo espantoso. Casi todos trabajaban o bien en la estación del ferrocarril o en el correo o en la aduana. Evita quedó tan impresionada de la espantosa miseria en que vivían que comenzó a hablar con los peones interesándose por sus cosas y por la enfermedad del corazón que padecían muchos, por vivir a 3.500 metros de altura y decidió ponerse a trabajar en la construcción de una ciudad nueva para ellos. Citó a dos o tres miembros de la Fundación para que fueran a verla allá. Con esto, aquellas únicas vacaciones que nos queríamos tomar las pasamos proyectando cómo iba a ser el pueblo que construiríamos allí.Y en efecto, gracias a Evita, se construyó una ciudad de piedra, preciosa, con calefacción y agua caliente central para todo el pueblo. Existía realmente en nosotros la pasión de hacer, la pasión de remediar males. De modo que, a cualquier parte que fuéramos, terminábamos siempre en lo mismo. Eva no tenía horas; trabajaba permanentemente. No sé de dónde sacaba tan fantástica resistencia. Acaso le daba fuerza la mística de su fanatismo…”.(2)

Con esa pasión Eva asumía su responsabilidad para quién las necesidades de los humildes no podían esperar, con esa desesperación por llevar esperanza a los hogares pobres, era que realizaba jornadas interminables que la hacían retornar a la residencia presidencial de madrugada.

La financiación de la Fundación Eva Perón se realizaba mediante el aporte de los sindicatos, empresas privadas y disposiciones legislativas del aporte de algún aumento de salario o jornal de un día feriado. Estas donaciones fueron cuestionadas por la oposición al señalar que había presiones sobre los empresarios para realizar donaciones.

La obra efectuada por esta institución fue monumental se construyeron más de 1.000 escuelas, 18 hogares-escuelas en el interior del país, la ciudad infantil Amanda Allen, la ciudad estudiantil en la Capital Federal, cuatro policlínicos en Ezeiza, Avellaneda, Lanús y San Martin. Tres hogares de tránsito en Buenos Aires, cuatro hogares de ancianos, colonias de vacaciones, hoteles, viviendas obreras, en barrios como Ciudad Evita y Saavedra, proveedurías, se organizaban campeonatos deportivos infantiles, que significaba una revisación médica para todos los chicos y la resolución del problema de salud si se encontraba algo.

Eva recibía diariamente cientos de cartas con pedidos de trabajo u otros requerimientos urgentes, como una máquina de coser, una silla de ruedas para un familiar, etc. Formó un equipo para que todas las cartas tuvieran su consabida respuesta.

Pero además atendía personalmente a las personas que se acercaban a requerir soluciones a sus problemas, ningún problema era menor para ella, así como solía ser altanera con quienes se consideraban de la alta sociedad, se convertía en la más humildes de todas al tratar con los necesitados.

Eva fue una figura imprescindible del peronismo y armó un equipo con Perón donde sus funciones se complementaban, pero además ambos vivieron una historia de amor conmovedora, sin embargo el antiperonismo también intentó destilar su veneno sobre esta relación personal y política.

Page se hace eco de cierto chusmerío sobre supuestas peleas y malos tratos entre Eva y Perón, lo mismo ocurre en una novela de Tomás Eloy Martínez, el sacerdote Hernán Benítez, unas de las pocas personas que tuvo acceso a la intimidad de la pareja ha señalado sin dejar a dudas sobre los sentimientos mutuos: “Esto es lo que yo vi…dos personas respetuosísimas y todo lo que la novela diga que se salga de ese inmenso respeto no solamente es falso sino canallesco. Esas estupideces que dicen que se peleaban, que se trataban como burdeles…. Eran perfectamente normales en el trato, cada uno era autónomo en que lo que hacía…Qué vamos a creer en esas peleas, esos insultos hija de p…, como se te ocurre cancerosa. Todas burradas…No hay que caer en las estupideces que le digan los novelistas”. (3)

Por su parte la investigadora y biógrafa de Eva, Marisa Navarro ha señalado: “El enfrentamiento entre ellos era imposible. Ellos eran complementarios. Ella trabajaba por el bien del él, que la fortalecía a ella… Ella continuó el trabajo de él en la secretaría de Trabajo, amplió la base social, profundizó la peronización del movimiento… Con respecto a Perón, ella lo suelta, lo desinhibe. Era mucho más joven, le trae una ligereza, un estilo de vida al que él no estaba acostumbrado. El era rígido, se levantaba todos los días a la misma hora y ella era mucho más caótica, era actriz…Él se transforma también, cambia al entrar al mundo civil. Desarrolla su estilo campechano y directo. Ese período coincide con su metejón increíble con Eva. Se enamora y hace cosas que un señor de su clase social no tiene que hacer, como ir a buscarla a lugares públicos o llevarla a la gala del Colón”.(4)

La ayuda que brindaba la Fundación llegó hasta varios países latinoamericanos, y en 1949 se permitió hacer llegar su ayuda en ropa de invierno para 600 chicos pobres de un barrio con población negra de Washington.
El avance en los derechos de la mujer no se limitó al voto, como muy certeramente señala Norberto Galasso la mujer estaba sometida a los padres en la vida doméstica y al marido cuando se casaba siendo un personaje secundario en la familia, el nacimiento de una “chancleta” significaba una carga para la familia, el peronismo incorporó a la mujer al aparato productivo masivamente hasta ese momento sólo la docencia o el servicio doméstico eran profesiones para las mujeres, ellas comenzaron a actuar en la vida política, sindical y también se incorporaron a  la vida universitaria.

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(1) Norberto Galasso. Perón. Formación. Ascenso y Caída 1893 1955. Tomo I Colihue 2011 Pag. 537 y 538

(2) Idem pag. 557

(3) Idem pag. 558

(4) Idem

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