El Forjista

Biografía de Domingo Faustino Sarmiento

Sarmiento, el prócer de la oligarquía

Capítulo 6- Federales que salvaron su vida

 

Algo que merece destacarse es que a pesar de su odio hacia todos los caudillos federales, la intervención de dos de ellos le permitió salvar su vida. A pesar de haber retratado a los jefes federales como salvajes incapaces de cualquier acto humanitario, no parece haber sido nuestro prócer quién padeció de esas supuestas actitudes, sin embargo fueron sus correligionarios, muchas veces alentados por él, quienes actuaron en innumerables ocasiones con la mayor crueldad.

Al caer prisionero de las tropas que comandaba José Santos Ramírez, éste lo aloja en su casa y posiblemente salvó su vida cuando un  oficial federal le ordena que le entregue al prisionero y Ramírez se niega alegando: “Ese joven es el huésped de mi hogar y sólo pasando sobre mi cadáver llegarán hasta él”.

En 1840 el gobernador federal de San Juan, Benavidez, intervino para evitar un linchamiento que se intentó contra Sarmiento, tiempo después mostró que el agradecimiento no estaba entre sus virtudes.

El 25 de octubre de 1830 Quiroga es derrotado por Paz en la batalla de Oncativo, el general derrotado marchó a Buenos Aires donde fue recibido con los mayores honores por Rosas, mientras tanto el caudillo mendocino Aldao es tomado prisionero y los unitarios expertos en humillaciones lo obligaron a ingresar a Córdoba desnudo y atado, montando un burro.

Cuando los unitarios lograron recuperar el poder en San Juan, Sarmiento no se encontraba en la provincia porque había marchado a Chile pero al enterarse que un enviado del general Paz se dirigía hacia Mendoza se decidió a regresar.

De retorno al país se dedica a la misión de instruir a nuevos cuerpos de milicia provincial, los unitarios respondían a las órdenes de Paz, gobernador de Córdoba que controlaba nueve provincias, enfrentados a él estaban Rosas y López.

En febrero de 1831 el santafesino López invade Córdoba, también lo hace Rosas que vence a Paz en Fraile Muerto (actualmente Bell Ville), en tanto Quiroga obtiene la victoria el 3 de abril en Rodeo de Chacón e ingresa en Mendoza, mientra que en San Juan caen las autoridades y es elegido gobernador José Tomás Albarracín, que no tardó en adherir al liderazgo de Rosas y procedió a designar ministro al maestro de Sarmiento, José de Oro, sin embargo su ex alumno junto a otros oficiales unitarios deciden huir a Chile.

El general Villafañe era federal, fue asesinado después de rendirse ante una partida unitaria, Sarmiento, faltando a la verdad dijo que había muerto en un duelo, tratando de salvar la responsabilidad de los unitarios. Facundo Quiroga se encontraba en Mendoza cuando se enteró de la muerte de Villafañe y también que su madre había sido encadenada y desterrada a Chile por orden de Lamadrid, entonces enfurecido dispuso el fusilamiento de 26 oficiales unitarios.  

Tropas de Quiroga interfieren una carta que Sarmiento le mandó desde Chile a su madre donde calificaba de “bandido” al riojano, cuando éste ingresó a San Juan mandó a llamar a su madre para avisarle que cuando encuentre a su hijo lo haría fusilar.

Como señala acertadamente Manuel Gálvez, Sarmiento se quiso vengar cuando: “Más tarde se propondrá matarlo ante la Historia y la posteridad, hundir su grande y peligrosa fama. Pero tanto le apasionó la vida de su héroe, al que creía odiar, tanto sintió su dramatismo y su colorido que, en vez de matarle, dióle vida inmortal”.

Pasó a Chile junto a otros unitarios por el paso de Los Patos, el primer pueblo donde se detuvo fue en San Antonio de Putaendo, provincia de Aconcagua, su padre lo acompaña en su destierro, se alojan en la casa de un primo de su padre que era el gobernador de la región.

Permanecen ahí unas tres semanas y luego se marchan a Santa Rosa de los Andes, lugar en que padre e hijo ya han estado en oportunidades anteriores, como la escuela estaba necesitando de un maestro lo contratan a Domingo por un modesto sueldo.

No pasa mucho tiempo en ese lugar porque pierde el puesto de maestro y decide trasladarse a un aldea llamada Pocuro, en este pueblo funda una escuela e instala un pequeño bodegón, pero no tiene mayor éxito con este emprendimiento y debe cerrarlo, la que continúa funcionando es la escuela, lo que le permite seguir en ese pueblo durante todo el año 1832, cuando parte de Pocuro deja una hija de nombre Emilia Faustina que tuvo con María de Jesús Canto, tiempo después la niña fue cuidada por la familia de Sarmiento.

A continuación se instaló en Valparaiso donde consigue emplearse como dependiente de una tienda, aún cuando cobra un sueldo humilde parte del mismo lo invierte para pagar un profesor de inglés, pero en esa ciudad tampoco se queda por mucho tiempo porque decide viajar a Copiapó, capital de Atacama, región que se encontraba en pleno auge porque el año anterior se habían descubierto yacimientos de ricos materiales en la zona Chañarcillo, esa situación le permite obtener un empleo como minero y luego como mayordomo de la misma mina.

Hacia fines de 1835 enfermó de fiebre tifoidea, en ese mismo año había sido asesinado Facundo Quiroga, su enemigo, por lo que decide regresar a su provincia con 25 años.

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