El Forjista

Triunfazo del pueblo

 

Morales Solá el operador estrella de Clarín y La Nación, es decir de la prensa oligárquica, decía en junio de 2016: “Este es el punto final del kirchnerismo como fuerza política”.

Varios periodistas del ultramacrismo anunciaron idéntico apocalipsis pero agregaron que también se extendía a ese hecho maldito para las minorías parasitarias que se conoce como peronismo.

Luego de las elecciones de medio término de 2017 para los charlatanes empautados no había duda que Macri sería reelecto y especulaban que en el 2023 quién tenía mayor posibilidades de continuar con la dinastía macrista sería la inmaculada gobernadora de la provincia de Buenos Aires que según los encuestadores, que rara la vez la pegan, era el político con mejor imagen por lo cual sería invencible en cualquier elección que la tuviera como protagonista estelar.

Encandilados por los elogios desmesurados y el ocultamiento de la realidad de la prensa oficialista, el gobierno se lanzó a aplicar su plan contra el pueblo, es decir dejaron de lado las caretas utilizadas en las elecciones para hacer lo que verdaderamente venían a hacer.

Su primera acción fue destrozar el bolsillo de los jubilados y pensionados con la Ley Previsional, con la complicidad de varios pseudo opositores, el gobierno logró aprobar la ley que disminuía los ajustes de las jubilaciones pero para ello debió reprimir la multitudinaria movilización de repudio, ahí comenzó, según nuestra visión, el principio del fin del gobierno neoliberal, el primer síntoma fue que no pudo aprobar la reforma laboral que destruía derechos ganados por los trabajadores en los gobiernos peronistas, por eso la recurrente cantinela del presidente de quejarse de los últimos 70 años, la cuenta caía dentro del período más feliz para la clase trabajadora.

Pero siguieron los ajustes cotidianos contra el pueblo en la forma de tarifazos, despidos masivos, devaluaciones, inflación descontrolada y la pulverización del poder adquisitivo de los ingresos, luego de un endeudamiento feroz que lo llevó a convertir al país en un deudor sin crédito llegó el nefasto acuerdo con el FMI que ya significó una profundización de los ajustes para llevar a una enorme porción de la población a niveles de pobreza insoportables.

La resistencia popular fue creciendo con movilizaciones de los sectores afectados que eran cada vez mayores, con cuestionamientos de todo tipo incluso de muchos de sus votantes, el clima político se fue modificando de manera sustancial y de la pregunta ¿hay 2019? Se pasó a la afirmación contundente que señalaba que sin lugar a dudas había 2019 para el pueblo argentino, tal vez los primeros en afirmarlo fueron Alberto Rodríguez Saa y Jorge Capitanich a comienzos de 2018.

Fue así que llegamos a la aparición del libro Sinceramente de Cristina Fernández de Kirchner con un éxito rotundo de ventas pero también con una movilización impresionante en cada una de sus presentaciones, casi simultáneamente se produjo su decisión de nombrar como candidato a la presidencia a Alberto Fernández, y ahí fue el exacto momento en que el macrismo recibió un jaque mate que lo dejaba sin poder continuar en sus ambiciones de reelección.

Aun ahora que el macrismo fue derrotado de manera contundente sus voceros bien pagados como Clarín y Majul intentaron bajarle el valor al triunfo del pueblo, el grupo oligárquico trató de disimular la derrota con el título mentiroso “Ni triunfazo de Alberto ni catástrofe de Macri”, el mismo grupo que en 2015 anunció el fin del kirchnerismo porque había perdido por el 2,5%, ahora con una diferencia de 8% que muy posiblemente se incremente en el recuento definitivo le parecía insuficiente, el otro operador oficialista con estrechas conexiones con los servicios de inteligencia del gobierno y carente de toda seriedad en sus análisis políticos afirmó que se trataba de un “empate técnico”.

El pueblo logró vencer a un conglomerado conformado por la oligarquía nucleada en la Sociedad Rural, poderosos grupos económicos, los medios de comunicación, el poder judicial sometido por el Ejecutivo, el FMI pagando la campaña de Macri, el apoyo de la embajada de los Estados Unidos y del fascista Bolsonaro, es decir que derrotó a un seleccionado de poderosos del país y del exterior.

Este triunfo de Alberto y Cristina fue una epopeya del pueblo como lo fue también de manera superlativa la victoria holgada de Axel Kicillof, quién le quemó todos los libros a los teóricos de la Big Data y de la antipolítica, porque con los miles de kilómetros recorridos pudo estar cara a cara con los ciudadanos para conocer sus problemas y plantear las soluciones.

La noche del 27 de octubre hubo otra operación de prensa para bajarle el tono a la enorme victoria del pueblo y disimular la estrepitosa derrota de la oligarquía que también fue un claro repudio para los medios de desinformación que fueron cómplices de estos cuatro años de saqueo.

Por eso podemos decir sin lugar a dudas que el Frente de Todos obtuvo un triunfazo que el permitirá comenzar a transitar el camino de la reconstrucción nacional.

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