La fiesta terminó. Y de la peor manera (como era previsible)
Con una resaca de endeudamiento externo inconmensurable; con la producción nacional desmoronada, recesión, corrida cambiaria, con los índices de inflación por las nubes, tarifazos, y con un incremento récord de la pobreza y la indigencia que ya no pueden ocultar. Incluso, les explotó la cámara séptica de Comodoro Py y los enchastró a todos. Un cuadro de descontento social que pretenden contener a fuerza de garrotazos ante cada movilización callejera o reclamo gremial. Represión pura y dura.
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Los dueños del capital no tienden a caer por el barranco con los dirigentes políticos que prohíjan: les sueltan las manos un par de metros antes del abismo.
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La crisis política en la que está sumergida el gobierno nacional terminó de erosionar la imagen del presidente que quedó relegado en las encuestas de intención de voto que trascendieron en los últimos días, muy detrás de la ex presidenta que encabeza cada sondeo publicado de intención de voto.
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(Sobre los grandes empresarios) Macri ya no es una opción para ellos. No le perdonan el desastre de su política económica que tuvo consecuencias catastróficas transversales para todos, con excepción del sistema financiero transnacional y el sector energético, afín a los intereses del círculo áulico del presidente. Pero sobre todo no le perdonan ni le perdonarán nunca la traición.
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Y de la traición no se vuelve. Quizá por esos trascendió que Agustina, la hija cineasta de Macri ya habría comprado un departamento para que su padre se instale a partir del año próximo en Madrid junto a Juliana Awada y su pequeña hija Antonia.
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En este marco, es que algunos analistas interpretan la irrupción de una posible candidatura de Roberto Lavagna, ex ministro de Economía al que siempre se lo mencionó cercano al grupo Techint, como una jugada del sector para condicionar los juegos reeleccionistas de Macri y poner en tensión el amplio armado que viene desarrollando el peronismo kirchnerista.
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Lavagna aún es otro globo de ensayo que puede desinflarse antes de salir al ruedo. No es una figura a subestimar pero tampoco representa a alguien con capacidad de consolidar un consenso en torno a él que tranquilice a los empresarios nacionales que saben que la Argentina va rumbo a un desastre si no se construye de cara al futuro inmediato un gran acuerdo amplio, una coalición nacional que garantice qué hacer cuando el macrismo sólo sea un recuerdo ingrato y doloroso en un país que en el último trimestre del 2018 vio crecer los índices de pobreza a casi el 36% , y la indigencia al 7,4.
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Macri ya fue. El único riesgo es que en su afán destructor quiera tirar del mantel y burlarse de la institucionalidad y bajarse antes de sus responsabilidades que lo obliga a estar en el sillón de la Rosada hasta el 10 de diciembre.
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(Sobre Bonadío) Se especula con que elevará la causa de las fotocopias a juicio oral, dará las hurras y se acogerá a la jubilación. El escándalo D’Alessio que más temprano que tarde será el fin de la carrera de Stornelli, también selló la suerte de Bonadío.
La causa que investiga l juez Alejo Ramos Padilla desde Dolores desnudó un entramado de funcionario judiciales, servicios de inteligencia, embajadas extranjeras, periodistas y políticos oficialistas y dio en la línea de flotación de un sistema extorsivo, que viene operando sobre la política desde hace años y que posibilitó la llegada de Mauricio Macri a la presidencia.
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Pero la fiesta se les termina. El boleto ya fue picado. Una sobra ya pronto será
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