El Forjista

 

Volver a ganar la calle

La presidenta ha mostrado a lo largo de toda su gestión una enorme capacidad de trabajo que contrasta con la tendencia hacia la haraganería de muchos de los políticos de la oposición, que presentan sus candidaturas a legisladores, para una vez elegidos, dedicarse a descansar y no concurrir a la discusión de leyes trascendentales.

Pero aún más importante que eso, es que Cristina Fernández ha dado una muestra contundente de un extraordinario coraje, poco común en la política nacional, para enfrentar a los poderes corporativos y de esa manera colocar un dique de contención a sus desmedidas ambiciones, que siempre concluyen perjudicando a los sectores populares, incluido a muchos que cada vez que deben definirse lo hacen a favor de esos grupos concentrados.

No obstante esto, en la elección del 11 de agosto de 2013 los resultados electorales no les fueron favorables al oficialismo, aunque de ninguna manera fueron catastróficos como  ciertos medios de comunicación intentan presentarlo, ocultando que el kirchnerismo aún continúa siendo quién más votos ha obtenido en el conjunto nacional.

Intentaremos reflexionar sobre lo que a nuestro modesto entender son algunas de las causas que provocaron estos resultados, que sin duda pueden ser revertidos y mejorados con vistas al 27 de octubre.

 

Retomar la iniciativa

Luego del espectacular triunfo del 2011 donde la presidenta fue reelecta con el 54 %,  el partido de gobierno se durmió en los laureles en el aspecto comunicacional, algunos se apresuraron a dar por finalizada con un triunfo para el proyecto nacional la denominada batalla cultural, sin darnos cuenta que hay que combatir en una guerra en la que  apenas se había ganado una batalla, pero donde la oligarquía seguía agazapada esperando su momento para dar un nuevo zarpazo.

Casi sin darse cuenta, el oficialismo fue perdiendo la calle que fue ocupada por sus adversarios, así fue como caceroleros, los ruralistas  o sindicalistas renegados fueron ocupando las calles sin que hubiera por parte del oficialismo una respuesta contundente.

Tal vez para no caer en provocaciones cada vez se hicieron más esporádicas la manifestaciones del kirchnerismo que sólo realizó una imponente manifestación para el 25 de mayo dándole a la misma una carácter festivo, cuando creemos que debieron realizar no una sino varias manifestaciones con el claro objetivo de asumir una fervorosa defensa del gobierno popular.

No se respondió ni se hizo un acto de desagravio al acto de salvajismo contra Kicillof y su familia que debieron soportar la furia de aquellos que estaban padeciendo el síndrome de abstinencia por la falta de dólares y seguramente culposos de estar evadiendo divisas hacia el exterior.

Tampoco hubo una manifestación masiva y organizada cuando Víctor Hugo debió concurrir a la audiencia de conciliación por la demanda de Magnetto.

También se optó por no responder a las calumnias y mentiras sobre la supuesta corrupción del gobierno, sólo Luis D’elía optó por poner en evidencia los manejos de los mercenarios al servicio de las corporaciones, pero fue el único, y por ese silencio se instaló en vastos sectores la falsa idea que hay corrupción en el gobierno.

El gobierno debe dejar de la lado la ingenuidad y darse cuenta que está ante verdaderos depredadores que están dispuestos a cualquier cosa con tal de mantener su situación de privilegio, después de las elecciones varios de los sirvientes  de Magnetto han confesado sus deseos desestabilizadores, por eso también es indispensable mantenernos atentos y movilizados.

 

Con 6,7,8 no alcanza

Si duda ha sido un error quedarnos a esperar a que la Ley de Medios permita la democratización de la comunicación, ya ha quedado suficientemente demostrada la asociación entre la corporación judicial comandada por la Corte Suprema con las corporaciones económicas.

Ante eso es necesario pensar seria y planificadamente en una política de difusión que implique una diversificación de medios, para balancear el peso de los monopolios hay que desarrollar la presencia en las redes sociales y otras formas de comunicación por Internet, y en medios radiales y televisivos que no se limiten a aquellos que se encuentran dentro de la órbita estatal.

Es indispensable impulsar la aparición de medios alternativos que permitan saltear el cerco que instalan autoritariamente los monopolios y llegar a la mayor cantidad de personas. Vale la pena recordar que el intento de golpe en Venezuela en el 2002, fueron estos medios quienes permitieron mantener informados a los sectores populares cuando las grandes corporaciones fueron cómplices de ese intento antidemocrático.

Esos ámbitos también deben ser mecanismos permanentes de discusión de los grandes temas, como así también órganos de difusión de las ideas nacionales y denuncia de los intentos desestabilizadores de los personeros de la oligarquía.

 

La clase media

También debería escucharse ciertos reclamos que están efectuando amplios sectores de clase media, por cierto que ésta de ninguna manera es homogénea y es posible encontrar en su seno las más diversas posiciones, desde ya que descartamos convencer a aquellos imbuidos de un  odio gorila que difícilmente pueda ser modificado por años de educación y cultura oligárquica.

Pero sería un error desdeñar la posibilidad de convencer a la mayoría de esa clase, no sólo por conveniencia sino por necesidad, cada vez que la clase media enfrentó a los movimientos populares, terminaron perdiendo ambos y sólo la oligarquía sacó rédito de ese choque.

El tema del Impuesto a las Ganancias debería ser una de las cuestiones que debería encararse, la presión tributaria ha aumentado y ha provocado que muchos lo vean como que el Estado le está metiendo la mano en el bolsillo, paralelamente esos mismos sectores no quieren visualizar como un beneficio importante los subsidios a los servicios, situación que ha provocado un alto costo para el estado por el incremento de esos subsidios principalmente en la Capital federal, lo cual además constituye un trato injusto con respecto a quienes viven en las provincias que no cuentan con este beneficio.
Por lo cual entendemos que debería quitarse los subsidios a los servicios de manera paulatina y también ir subiendo el mínimo no imponible en ganancias, de esa manera lo que el estado pierde por un lado lo recupera por otro, y creemos que con un costo cero se podría establecer una situación mucho más justa.

Otra cuestión que ha puesto muy nervioso a sectores de esta clase social ha sido el denominado “cepo del dólar” y su consecuencia sobre el mercado inmobiliario, esa medida debería haber sido acompañada por la erradicación de manera definitiva de las operaciones inmobiliarias en moneda extranjera, sólo el peso debería ser la moneda utilizada para estas transacciones, esta es una medida que está faltando.

Por último un breve párrafo a la inseguridad, que afecta a muchas personas principalmente en el Gran Buenos Aires, si bien es cierto que los medios de comunicación parecen muchas veces interesados en generar miedo, ya sea por una cuestión política o por puro sensacionalismo buscando rating, también debe considerarse que haber dicho que la inseguridad es sólo una “sensación” pudo dar la idea que el gobierno nacional se despreocupaba del tema, tampoco ayuda deslindar la responsabilidad en las provincias y municipalidades.

Hay que empeñarse en revertir esa idea, por lo cual debe dar muestras claras que es una constante preocupación tomando medidas que muestren esa decisión, equipando adecuadamente a las fuerzas de seguridad e incrementando la cantidad de efectivos destinado a resguardar la seguridad de los ciudadanos.

Obviamente coincidimos plenamente con algo que siempre ha sostenido este gobierno sin una política social no es posible pensar en mayor seguridad.

 

Impedir el retorno del neoliberalismo

Para finalizar es indispensable señalar claramente las verdaderas intenciones de aquellos que actualmente se oponen al kirchnerismo, todos ellos con muy pocas excepciones, responden a los intereses de las corporaciones por lo cual lo digan o lo oculten están preparando un ajuste que arrase con el poder de compra de los salarios y vuelva a poner a la economía bajo la tutela del FMI y las grandes potencias.


Nos espera un combate inminente, las corporaciones cual hambrientos tiburones creyeron oler sangre luego de la elecciones y se han lanzado de manera salvaje a intentar una nueva desestabilización de igual forma que la intentó la Sociedad Rural y sus satélites en el 2008, es indispensable por todo eso que si queremos defender las conquistas de 10 años de gobierno popular nos mantengamos movilizados y no le regalemos la calle a los profetas del odio.

 

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